Quiero empezar este blog comentando acerca de este libro maravilloso que tuve la oportunidad de leer hace un par de días:  All The Bright Places.
       Creo que probablemente se volvió uno de mis libros favoritos debido a la forma en la que lo sufrí. Porque sí, lo sufrí


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         All The Bright Places cuenta la historia del joven Finch que conoce a Violet al borde de la torre del reloj de su colegio. Finch es el chico "raro" del colegio, ese al que todos observan con disgusto y expectación para saber cuál será la siguiente locura que hará. Violet es una chica "popular" que pasa sus días de forma "normal" como cualquier otro adolescente en el auge de su juventud. 

            El tema acá es que Finch tiene lo que se diría una enfermedad mental, en el libro su psicólogo lo pone como Trastorno Bipolar, y como lamentablemente no estoy muy enterada del tema no quiero hacer suposiciones respecto a esto, pero siento que aún me quedaron demasiadas dudas respecto a él.
              
              Por el lado de Violet, ella perdió a su hermana en un accidente de auto casi un año atrás cuando ambas volvían de una fiesta. No quiero decir que la situación de Violet haya sido más "fácil" que la de Finch, pero son distintas situaciones y debo admitir que la de ella no era la que me generaba mayor interés entre ambas. 

                Mediante uno va leyendo se va dando cuenta del estilo de vida de Finch y de la falta de apoyo y contención familiar, que al parecer carecía desde incluso antes de la separación de sus padres. Las diferencias entre tanto su familia como la de Violet son muy grandes y creo que este es uno de los puntos importantes para la historia ya que se puede notar con mucha precisión las carencias y faltas en ambos hogares. Quisiera decir que los padres de Violet son perfectos, pero el hecho de que hayan prohibido a su hija ver a Finch me causó un poco de rechazo. Es claro que lo hacían por su bien como todo padre, pero al fin y al cabo todos creemos elegir la mejor opción cuando a veces no lo es, pero no por ello los crucifico.
              Sin embargo, sí creo que son miles de veces mejor que los padres de Finch que dejaban que hiciera lo que quisiera y nunca se preocuparon realmente por lo que sucedía con él o por lo que estaba pasando. Claro que me refiero también a sus dos hermanas, que si prestamos atención muchas veces se comenta de Decca estando sola en casa, como la situación en la que Violet llega a buscar a Finch y Decca le abre la puerta y esta luego se queda frente a la tele, sin supervisión de ningún adulto para hacerle compañía. 

                     Es entendible la posición que se supone que la madre debe de tomar ya que está viviendo con sus tres hijos y ayudando a su mantenimiento (no que fueran cosas), pero eso  no quiere decir que por desvivirse trabajando vaya a criar correctamente a sus hijos. Lo que es más, pasa todo su tiempo trabajando y lo que menos hace es eso, criar. Puede que Kate ya sea bastante mayor, pero sigue siendo una adolescente y el hecho de que ella sea quien preste más atención a lo que sucede con Finch dice mucho de la situación y el lugar que ocupa cada uno en la familia.


Opinión personal:

           Para el final del libro no pude parar de llorar, estaba desconsolada, llena de rabia. Toda la situación y el resultado de las acciones de cada personaje hace que me hierva la sangre. Finch era un pedazo de sol que se merecía el mundo y el universo, pero terminó como terminó porque nadie supo darle la atención que necesitaba y el cariño que merecía. Siento un desprecio importante por sus padres que es difícil de explicar, y también por cada alumno de su colegio, agregando a su psicólogo a la lista. A veces pienso que quizás, si Violet hubiese puesto un poco más de sí misma, hubiese evitado muchas cosas.

           Pero al fin y al cabo como una persona que ha tenido algunas experiencias en su vida, puedo entender que a veces uno no sabe cómo reaccionar a ciertas situaciones y cree que esos lapsos de "normalidad" es porque esa persona se ha curado, cuando en la realidad es solo el ojo de la tormenta. 

         Ahora, como una persona que todos los días vive junto a una persona que sufre de una enfermedad mental, les pido a todos ustedes que sean más precavidos y den todo el apoyo y amor posibles a las personas que tienen cerca de ustedes. Si tienen algún problema, no duden en pedir ayuda, hablen, háganse escuchar. 

Las cosas suceden porque no hablamos ni escuchamos.


        Finch era un rayo de luz en un lugar lleno de oscuridad. No permitamos que la oscuridad nos envuelva, hagamos que la luz nos llene. Cada día, cada hora, cada segundo, se pierde un Finch más en este mundo. 



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